sábado, 24 de diciembre de 2011

El claustro románico de la abadía de Santo Domingo de Silos (Burgos) Diciembre de 2011






















Fotografías: Antonio Martín Martín
Abadía de Santo Domingo de Silos, Burgos
Diciembre de 2011

El arte románico

El románico es un estilo artístico que se desarrolló por los territorios cristianos de Europa occidental entre los siglos X y XII. En aquella época el control político de la península ibérica se encontraba repartido entre reyes cristianos y musulmanes. El románico, al tratarse de una manifestación artística profundamente cristiana, solo se desarrolló en determinadas regiones peninsulares. No encontramos huellas de este estilo en aquellos territorios que se encontraban bajo dominación islámica, como es el caso de la zona sur de la península ibérica (al-Ándalus). 

El románico se extendió por amplísimos territorios de Europa debido fundamentalmente a dos factores: en primer lugar cabe destacar la importancia que alcanzó la reforma benedictina que, impulsada desde la abadía de Cluny en Francia, terminó convirtiendo a la orden monástica de los benedictinos en la más importante de Europa durante la Edad Media. La fundación de monasterios por toda Europa impulsó la difusión del románico, el estilo empleado por los benedictinos en la construcción de sus edificios; en sugundo lugar fue muy importante el surgimiento de rutas de peregrinación por Europa hacia los considerados por los cristianos lugares santos, entre los que destacan en nuestro continente Santiago de Compostela y Roma. El culto a las reliquias de santos fue el principal impulsor de las peregrinaciones. Éstas eran custodiadas en los templos y los peregrinos viajaban para verlas y rendirles culto. Por lo general servían como elemento legitimador para la construcción de una iglesia. A lo largo de las vías de peregrinación fueron construyéndose monasterios cluniacenses que impulsaron la difusión del estilo románico. 

1. La arquitectura románica

Los edificios son por lo general de carácter religioso, siendo las construcciones románicas más importantes los templos (iglesias y catedrales) y los monasterios, donde vivían comunidades de monjes. Algunos de los principales elementos decorativos y constructivos son: La columna, con fuste liso o decorado con estrías u otros motivos. En los capiteles suele concentrarse abundante decoración escultórica. El arco de medio punto (semicircular). A veces se alternan dovelas de distintos colores. La bóveda de cañón. El rosetón, que es el principal elemento decorativo en las fachadas. A veces también lo encontramos en las fachadas secundarias del crucero. Vanos abocinados, tanto ventanas como portales. La planta de las iglesias suele ser en forma de cruz latina. Al brazo más corto se le denomina nave de crucero o transepto. En el brazo más largo se suele situar en un extremo la fachada principal del edificio. El otro extremo, la cabecera, suele tener una planta semicircular que recibe el nombre de ábside. El material de construcción característico es la piedra. El problema técnico para cubrir los espacios se soluciona mediante el empleo de arcos de medio punto, bóvedas de cañón, columnas, pilares, gruesos muros y contrafuertes. Como resultado se levantan edificios de escasa altura, de aspecto macizo y con escasas aberturas en sus muros, lo que generaba espacios interiores muy oscuros. 

2. La escultura románica

Por lo general la escultura románica se emplea para decorar los edificios, siendo en este sentido una expresión artísitica subrdinada a la arquitectura. Las representaciones son poco naturalistas. No se representa la realidad tal y como es ni se representan los ambientes que rodean a los personajes de una manera realista. La técnica escultórica más trabajada fue el bajorrelieve. Los temas son por lo general de carácter religioso: historias bíblicas, la vida de Jesús de Nazaret, la Virgen María con el niño, el juicio final… 

Las esculturas se sitúan normalmente en determinados lugares de las construcciones, siendo especialmente abundantes en las portadas de los edificios (podemos encontrar una o varias fachadas) y en determinados elementos arquitectónicos, como los capiteles. 

También podemos encontrar esculturas independientes de la arquitectura, destacando en este sentido las Majestades (representación de Cristo crucificado). 

3. La Pintura románica

Los temas representados, al igual que en ocurre en el resto de manifistaciones artísiticas del románico, suelen ser religiosos. En las composiciones predomina el dibujo frente al color. Gruesas líneas negras individualizan claramente cada elemento representado y separan de un modo claro los colores, que por lo general son de gran viveza.

Se utilizaba para decorar las paredes y los techos de los edificios. En ocasiones, los espacios arquitectónicos se pintaban completamente, aunque desgraciadamente son pocos los ejemplos que se conservan. También se empleó la pintura para ilustrar libros (miniaturas), o para decorar ventanales (vidrieras). 

Al igual que en la escultura, las figuras se caracterizan por su falta de realismo y por su falta de naturalismo. No se trata de representar por lo general la profundidad, por lo que los fondos suelen ser planos. 

Antonio Martín Martín

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